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miércoles, 26 de junio de 2013

—Eres raro. —Lo siento. —No, es un cumplido.

Donnie y Gretchen se conocieron en el Instituto de Middlesex, Virgina. Ella era la chica nueva. Él, bueno..Donnie no era una persona común. Hablaba con un conejo gigante llamado Frank, y tenía que evitar un fin del mundo inminente. Además tenía dones...especiales.

Delirante, surrealista y muy, muy hipnótica, Donnie Darko es de esa clase de películas que no dejan a nadie indiferente. Por su rareza. Por su extraña belleza y sus personajes delirantes....

Algo así como... nuestros Bares! Raros. Extrañamente atractivos. Llenos de gente peculiar a la que conocer y que no te dejarán indiferente. En estos días que una campaña de publicidad ha exhaltado la figura del Bar, me ha dado por pensar en cuanto ha influido en mi y en los que me rodean, estos lugares. Y ,creedme, que ha sido mucho.

Ya desde muy joven, el bar se convierte en referente, en lugar de encuentro, de juego, de charlas profundas y otras menos, de risas y llantos, y cuando eres adolescente, sientes que formas parte de algo. Algo que te identifica en una etapa de reivindicación del yo constante.

Más adelante, la cosa cambia, maduras, creces, y ya no ves el Bar como ese lugar cuasisagrado, donde te esperan la aventura, la amistad y el primer amor. Es un sitio donde relacionarte. Uno más. En ocasiones se relega al papel de entorno donde conocer gente con intenciones "semiamorosas"... Pero aún así, el Bar es ese lugar mágico donde ocurren cosas increibles, de las que te acuerdas mucho tiempo después...

Seguro que ahora estais pensando en algún local donde hayais vivido algo de esto. Y seguro que recordais el más mínimo detalle. La música, la gente, la disposición de la barra, los/las camareros/as, los dichosos baños, si habia o no papel...incluso el olor (para los de mi generación es muy fácil porque todos olían a tabaco...).

En mi experiencia, compartida con mi cómplice Xavier, y con tanta otra gente, he vivido situaciones tan, tan surrealistas que parecerían broma. Hemos conocido a gente tan peculiar, que costaría hacer una descripción que les hicieran justicia. Hemos reido hasta que nos dolía la tripa. Hemos llevado nuestras primeras decepciones. Hemos aprendido a relacionarnos, a sobreponernos al fracaso, y a consolidar nuestra propia personalidad.

Felicito a esta campaña por hacer visible algo que todos apreciamos, pero pocos lo valoramos. Tantas cosas que están ahí cerca, y que nos han ayudado a ser quién somos, y que no les damos el valor que tienen.

Y esto me hace reflexionar  sobre otro tema. Existen cosas a nuestro alrededor que influyen en nosotros más de lo que a priori creeríamos, como los bares en nuestra vida social. Son objetos que poseen un valor especial. Durante una agradabilísima conversación en la mágica noche de San Juan, recordábamos la decepción de uno de los biógrafos del Barón Thyssen, que esperando historias románticas sobre como se había adquirido aquellas obras, solo recibió el precio de adquisición de cada cuadro...En el Club de la Lucha, Tyler Durdeen decía "lo que posees, te acabará poseyendo"

Cuántas cosas de vuestra casa sabriais decir a ciencia cierta lo que os han costado? Problamente no demasiadas. Y  cuántas historias podeis contar de ciertos objetos, que no tiene un valor monetario reseñable? Seguro que cientos. Os invito a mirar a vuestro alrededor, y recordar las sensaciones de ciertas cosas que sin duda han formado parte de vuestra historia y de vuestra búsqueda del Yo. Elegid uno y hacer el ejercicio de recordar todas las sensaciones que os provocó, los olores, sonidos, personas, emociones... No es un ejercicio de sentimentalismo. Es recuperar partes de nosotros que tenemos sepultadas por tanta realidad y razón...  Hagamos una cápsula virtual de objetos que nos acompañen en nuestro camino! Y compartámosla!

Donnie hablaba con Frank, e intentaban evitar un fin del mundo que se avecinaba. Nosotros no hablaremos con conejos gigantes, ni tendremos dones sobrenaturales, ni  misiones vitales tan importantes. Pero nuestra relación con el mundo y con las cosas que nos rodean, puede cambiar a mejor si intentamos sacarle ese puntito de emoción y de vínculo positivo. Que los objetos no nos posean. Que nos acompañen y enriquezcan.

Para rematar os dejo una escena de otra pelicula, "Un pedacito de cielo", en la que suena una impresionante canción de jazz,con una letra que encaja perfectamente en todo ésto. Además acaba en un bar, así que ..redondo!


Vaya es cierto. Ahora que leo el post, si que me ha quedado bastante raro...Bien!


P.D: La canción, para los más jazzadictos, es Makeup of a Fool de Ivan Neville...Hasta la próxima tostada...Raros!

jueves, 20 de junio de 2013

Nunca me desmayo porque no estoy segura de caer con elegancia.

Sólo Marlene Dietrich, podía pronunciar esta frase, siendo 100% creíble. Testigo de Cargo, el impresionante clásico de Billy Wilder, tenía reservado a la Dietrich un papel clave y esencial en la trama...sin que, claro está, perdiera ese glamour frío que destilaba por los cuatro costados.

Marlene Dietrich se forjó una personalidad e imagen peculiar, muy vinculada  a sus creencias. Fue tan valiente como para desafiar al Régimen Nazi de su Alemania natal, rechazando una oferta del propio Adolf Hitler para relanzar el cine germano. Apoyó a los Aliados, y por todo ello fue reconocida por múltiples naciones. Pero lejos de medallas y condecoraciones, lo que ella siempre recordaba, era aquel bizcocho que las mujeres de Aquisgrán le hicieron para darle la bienvenida después de finalizada la Segunda Guerra Mundial...
No creeis que ésto dice mucho de alguien?

Ser uno mismo. Reconocimiento. Luchar por lo que crees. Transgedir y enfrentarte a normas establecidas, absurdas e inútiles. Eso representaba el Ángel Azul. Se vistió de hombre, cuando nadie lo hacía. Luchó por lo que creía y se forjo su propio "quién soy".

La mayoría de nosotros pasamos por la vida como transitando, esperando que alguien o algo nos diga nuestro lugar en el mundo. Somos actores de reparto de una peli que no entendemos. Pero de vez en cuando, logramos intuir que la vida no es una mera sucesión de escenas. Logramos vislumbrar que igual podemos ser protagonistas de algo, aunque sea un capítulo, y que de ser así, hay que currarse el papel. La Dietrich, tuvo la suerte de descubrirlo, de tomar las riendas y de creerselo.

Qué nos diferencia de ella? Qué nos hace más o menos especiales para hacernos esa composición del personaje? Por qué nos cuesta tanto definirnos?

Todos y todas tenemos ese "aquel". Todos tenemos algo que nos hace ser especiales. Únicos, diferentes. Toca buscarlo, diferenciarse encajar nuestro quién en nuestro dónde y en nuestro cuándo. 

A veces es más bien un concepto abstracto, "buena persona", "feliz", "amigo de mis amigos", "raro", "complicado"... Pero la clave está en ; qué hacemos nosotros/as diariamente para estar más cerca de este concepto? Hacer este ejercicio de reflexión nos empezará a dar señales de qué me diferencia, de qué me acerca o me aleja del objetivo de ser yo mismo,ser alguien especial... de ser nuestro propio Ángel Azul (o de otro color, allá vosotros/as con vuestros gustos cromáticos!)

Ultimamente me he rodeado de gente tan especial, que la diferencia es tan clara y evidente que parece fácil. Eso, sí, el saber quien eres, no implica dejar de tener miedos e inseguridades. Pero hasta en eso, en esas personas dotadas de ese "aquel", es algo maravilloso y valiosísimo.

Con una buena amiga, intensa y radiante como La Dietrich es su mejor época y a quien quiero dedicar este post, hablábamos el otro día que la vida nos depara muchas cosas, que lo bonito del viaje es compartirlo y que siempre buscamos cómplices.. a veces camuflados de parejas, amigos, familiares o desconocidos que nos sabes porque te llegan... pero que hacen de perfectos secundarios para darte la réplica y conformar tu personaje. Eso nos ayuda a reafirmarnos, de estar más seguros, de ver que algo hay en todo esto que tiene un sentido. Bonita reflexión. Un momento de lucidez así, merece un gran aplauso. Y nos acerca más a nuestro "quién".

Lo bueno de la vida viene por una cálculo equivocado. Es aquello es en lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca". Una mala previsión, una precipitación, una variable no contemplada...abrirse a vivirlo con naturalidad es clave para descubrirnos, y superar nuestros miedos.

Rematando esta entrada, me gustaría citar el final de otra película que, por lo menos a mi hermana y a mi, nos marcó nuestra adolescencia,y que viene muy a cuento...

"Querido señor Bernard:

Admitimos el hecho de tener que quedarnos castigados todo un sábado por habernos portado mal, pero pensamos que está usted loco al intentar forzarnos a escribir un ensayo explicándole quiénes creemos ser, porque usted simplemente nos ve como quiere vernos. En pocas palabras, la definición más conveniente sería que hemos sacado en limpio lo que hay en cada uno de nosotros: un cerebro, un atleta, una irresponsable, una princesa y un criminal. ¿Contesta eso a su pregunta?
Atentamente le saluda,


El club de los cinco."


En muchas ocasiones asumimos que somos lo que quiere ver en nosotros la gente que nos rodea : el cerebro, el atleta, la princesa...(el Club de los Cinco, sólo necesitó un sábado de castigo para darse cuenta). Esa visión, sólo nos da pistas y acertijos para guiarnos a nuestro objetivo. E
n el fondo está ésto: definirnos y abrirnos a vivir como tal. Y dejar de ser las proyecciones de los otros. Además si es acompañado, muchísimo mejor!


Y para terminar, no queriá olvidar a Marlene Dietrich, que nos ha ayudado a transitar por este post. Gran mujer. Y grandes la mujeres que me rodean, que conocí y que conoceré. Todas ellas destilan una energía muy potente, única y de la que todos debemos aprender. Porque en ellas, están las respuestas a muchas de nuestras preguntas acerca de quién somos.
 
Y para que veais lo especial que era nuestra Marlene, ahí os dejo una de sus frases más celebres: 
 
"¿Cómo sabes que el amor se ha ido? Si dices que estarás ahí a las siete y llegas a las nueve, y él o ella no ha llamado a la policía todaví­a, se ha ido"
 

A que os morís por ver a la Dietrich en acción y oir su inimitable acento angloalemán?

 
Ahora me desmayaría, sin tener miedo a caer con elegancia...porque sé que caeré a mi manera, y seguro de que alguien  me recojerá!!


jueves, 13 de junio de 2013

La tristeza es lo fácil, es rendirse.Yo prefiero bailar

En Elizabethown el protagonista , Drew, fracasado diseñador de calzado deportivo abandonado y deprimido, es rescatado por una positiva, vivaz y optimista azafata, Claire, que le recuerda las pequeñas cosas de la vida por las que merece la pena vivir. La tabla de salvación aparece en momentos inesperados y cuando menos te lo esperas...

En estos momentos existen muchisimos Drews a nuestro alrededor, que se debaten en la más absoluta depresión, negatividad y mala leche. Un cocktail explosivo a punto de estallar. También existe un aroma general a tristeza que impregna el aire y que empapa nuestro día a día. En estos días, varias personas de mi entorno me confesaban que hacía mucho tiempo que habían dejado de ver los telediarios en la televisión. Que ese gris plomizo que destilan, es superior a ellos y que prefieren mantenerse al margen. Preocupante.

Culpables? Lo sencillo sería culpar al Gobierno, a la Banca, a los Mercados,a la Unión Europea,  a Merkel.. y a todo lo que rodea este presente nuestro tan, tan incierto.

Pero lo cierto, es que parte del estado de nuestro entorno es responsabilidad nuestra. Está claro que somos receptores de la realidad. Pero, y si nos conviertiésemos en transformadores, en decodificadores de la realidad? Si transformásemos la señal que nos envía el día a día y conviertiésemos en algo inesperado, alegre, optimista y bonito? .

Utopías, diran unos.

Ingenuidad, dirán otros.

Imbécil, dirán muchos.

Lo cierto es que, si nos dejamos llevar, acabaremos como Drew en Elizabethtown: al borde del abismo. Y creo, que se puede cambiar el modelo. Que se puede percibir la realidad de otra manera, y que si lo hacemos empezaremos a estar salvados. Solo hay que proponérselo. Buscar a nuestra Claire particular, para empezar a ver las cosa de otra forma.

En la pelicula, una de las cosas que salvaba al protagonista era la música. Para mi y para Xavi (mi más apreciado cómplice), como para mucha otra gente, la música es motor, alma y motivo para la acción. Esas pequeñas cosas de las que Claire estaba enamorada, y que hacen que la vida merezca la pena.

El día a día está plagado de  cosas pequeñas que se nos pasan despercibidas, de sensaciones, momentos, encuentros,.... cosas que puestas todas juntas, hacen que los días grises brillen con todo esplendor. Hacer un repaso mental de todas ellas, cuando llega la noche, hará que empecemos a ver que la realidad no es tan fiera como la pintan. Empezar a dejar de preocuparse por todo, para pasar a  ocuparse de lo que merece la pena.

Hoy mismo, en una conversacion con una buena amiga reencontrada y rescatada del archivo de la memoria, que está pasando un momento complicadillo, hacíamos una reflexión que creo es importante: la gente que nos rodea nos da mucho más valor y nos hace mucho mejores personas. Valorar eso, mirar a nuestro alrededor y ver a todos los que tienes cerca, es la manta más calida, el más absoluto regalo que nada ni nadie nos podrá hacer jamás. Y eso no hay crisis que nos lo arrebate! Por todo eso, estoy agradecido , y para todos ellos, y para ella en especial, está dedicado este post.

Y como dice el título: La tristeza es lo fácil, es rendirse,....


YO PREFIERO BAILAR.
Bailas conmigo?



jueves, 6 de junio de 2013

Las dos palabras más bonitas que te pueden decir no son 'Te quiero', sino: 'Es benigno'

Harry Block, el neurótico protagonista de la comedia "Desmontando a Harry" de Woody Allen, lo tenía claro. El hecho de quitarte ese miedo de encima, es una sensación increible.Y no se si será lo más bonito, pero reconfortante y reconstituyente es bastante.

Estos días que he tenido mucho tiempo para reflexionar sobre este tema. He pasado unos días viviendo en primera persona una situación complicada de salud, y con todo lo que me ha pasado he intentado hacer balance, y extraer alguna lección que, por lo menos a mi, me ha ayudado a soportar esta temporada de "atención hospitalaria". Ya desde el primer momento tuve claro, que siempre que nos acercamos a un servicio del ámbito de la salud, en la mayoría de los casos vamos con la idea de sufrimiento en la cabeza. Algo malo va a suceder. Y eso nos condiciona el resto de nuestro periplo sanitario. Como bien he aprendido, siempre que ante la misma situación, planteamos las mismas respuestas, provocaremos las mismas reacciones. En prosaico: siempre que me pasa lo mismo me sucede igual
Por eso, me plantee esta experiencia de enfremedad como algo positivo, como la oportunidad de parar, de cuidarme y de que me cuiden. Y poner los contadores a cero. Y con ese espiritu entre por urgencias, y salí 12 días después con el ánimo intacto. Y enriquecido, Y agradecido. Y con cosas en las que pensar:

1- La actitud es mucho. Cuando nos etiquetan de pacientes, se sobrentiende que somos dóciles, y que aceptaremos de buen grado cualquier cosa que suponga una mejora de nuestra salud. Evidentemente eso es lo que se espera, pero a veces descuidamos lo que proyectamos como tales. Con una mentalidad abierta y positiva, preguntando siempre el para qué hago/me hacen ésto? De otra forma, la estancia,tratamiento o consultas se pueden volver cuestas muy empinadas que cuesta subir.

2- El mejor tratamiento: positivismo. En situaciones no extremas, el itentar tener una visión optimista de la enfermedad suele mejorar el pronóstico. El otro día leía sobre el llamado efecto nocebo. Es el efecto  que hacen nuestros pensamientos negativos en la salud. El 60% de los pacientes tratados con quimioterapia, ya tienen efectos secundarios del tratamiento.... días antes de aplicarselo! Si un pensamiento nocivo, puede llegar a hacer ese efecto....os imaginais lo que puede hacer un poderoso pensamiento positivo?

3-El valor de las cosas.En pijama con mucho tiempo y pocas cosas que hacer, empiezas a valorar todo de otra forma, si te lo propones. Pequeñas cosas, conversaciones con compañeros de habitación, con enfermeras y auxiliares, con familiares, una llamada, una visita inesperada... Muchas cosas pequeñas pueden hacer que mejore mucho nuestro día.

4. Un sonrisa por favor! Es increible el efecto analgésico de una sonrisa en nosotros y en los que nos rodean. Afrontar las situaciones complicadas con una sonrisa sincera, es garantía de, por lo menos, hacer mucho para sobrellevarla satisfactoriamente. Y además es gratis y contagiosa.

5. Escucha a tu cuerpo. Somos un engranaje perfecto. Sincronizado. Eficaz. Preciso. Lo malo es que el día a día lo va desgastando, y en ese ajetreo no le prestamos ninguna atención. Y en ocasiones nos manda señales evidentes de alarma. Saber interpretarlas, pararnos a ver qué nos pasa, dedicarnos tiempo a la salud cuando todavía no está dañada, es para muchos un lujo y algo prescindible. Ya iré al terapeuta cuando esté mal... He aprendido que dedicarle tiempo a tu cuerpo es fundamental, básico. Elige la forma que mas te apetezca y te inspire. Pero, mímalo, cuidalo.

Bueno, ya veis que doce días en el hospital han dado para mucho. Y quería compartirlo con vosotras y vosotros. Además, es un homenaje a todos los profesionales de la salud, que con la que está cayendo, no han perdido un ápice de ilusión y ganas por lo que hacen. Trato exquisito, dulzura, cercanía, y profesionalidad. Tendríamos que empezar a darnos cuenta que tenemos a los mejores...

Y ya para terminar, os dejo un video, de otra peli de Woody Allen "Todos dicen I love You" (como veis hoy va todo relacionado con mi hipocondriaco preferido)...Muy apropiado...


Y como decía Don Francisco de Quevedo, El que quisiere tener salud en el cuerpo, procure tenerla en el alma.  Grande este Quevedo, no creeis?