Anoche soñé que
volvía a Manderley...
¿Te imaginas que
conoces a alguien, te enamoras y rápidamente decides pasar el resto de tu vida
con él? ¿Qué sentirías si al empezar la convivencia descubres que las sombras
del pasado comienzan a incomodarte y a hacer de tu vida una verdadera
pesadilla?
Así es Rebecca.
Una película de suspense, con todos los ingredientes para ser uno de los
clásicos de Alfred Hitchcock. Un reparto espectacular. Una tensión narrativa
increíble, y una dirección de actores muy al estilo Hitchcock: hizo creer que
todo el equipo odiaba a la protagonista, Joan Fontaine, para conseguir que
actuara reservada y temerosa durante toda la película. Ademas Sir Lawrence
Olivier ayudó bastante con su carácter recio....
Aunque
reconozco que sus métodos eran efectivos y conseguía de sus actores y actrices
lo que se proponía, discrepo de las formas y de los calvarios que Mr. Alfred
hacía pasar a sus empleados, en especial a sus actrices... Ahh, un dato
curioso: a raíz de la película y de su éxito se comenzó a llamar rebeca a la
chaquetita que Joan Fontaine luce durante todo el filme...
El Aristócrata
Maximilian De Winter, hombre de principios y fiel a todo lo que merece la
pena...o no tanto...
La fidelidad.
Estos días que Nelson Mandela ha muerto, y sobradamente nos han bombardeado con
su historia de vida, con sus triunfos y sus miserias, una de las frase que más
se han repetido es que era fiel a sus ideas y que luchó por ellas contra todo.
Por ellas pagó un alto precio, y por ellas también logró su más grandes éxitos.
Mandela fue un ejemplo de integridad, de ser consecuente. De fidelidad a las
cosas por las que crees.
Hoy es difícil
ver ejemplos públicos así. Solo hay que mirar a los que nos gobiernan para
entender que lo de ser consecuente, íntegro y fiel a unas ideas es algo que
escasea. Como encontrar una aguja en un pajar...
Pero si nos
vamos al ámbito privado, ahí la cosa cambia. Ahí podemos encontrar cientos de
ejemplos de integridad, de moralidad, de ética. Personas que siguen sus ideas y
no se venden por nada. No se rinden. Gente que dedica su vida y su esfuerzo por
algo en lo que realmente creen. Con objetivos bien dispares eso sí. Sea para
sacar su familia adelante, o para conseguir mejorar su nivel de vida. O para
ayudar al resto de la ciudadanía. O para prestar ayuda a la gente que más lo
necesita. De esos ejemplos hay cientos. Seguro que conocéis a varios...
Estos días
circula por la red un vídeo de un médico de familia que llama a un canal de
televisión mas bien “conservador” para denunciar la situación que está
detectando diariamente en sus pacientes. Y no tiene pelos en la lengua. Un
ejemplo de ética en un gremio, el de los profesionales de la salud, que
diariamente es blanco de medidas, recortes, suspicacias y ataques más o menos
velados. Un altavoz de la situación que muchos estamos detectando, sino
viviendo, en el día a día.
¿Somos
consecuentes con lo que creemos? En mi entorno más inmediato sí. Estoy rodeado
de personas que han renunciado a cosas por defender y luchar por sus ideas, por
su forma de entender la vida. Y eso para mi es una satisfacción. Un ejemplo y un
espejo en el que mirarme.
El ser
consecuente, fiel, integro pone a prueba nuestra capacidad de empatizar, de ver
el otro lado y entender sus consecuencias. A veces nos estimula a la hora de
tomar decisiones y otras nos la dificulta, porque entran en conflicto nuestros
valores y nuestros deseos...
Victor Hugo,
autor referencia del romanticismo francés, y persona fiel a sus ideales, aunque
algunos controvertidos, decía en una de sus obras..
Te deseo también que tengas amigos, y
que, incluso
malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que
por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea
justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los
que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con
los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que
haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado
deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es
necesario dejar que influyan en nosotros.
Te deseo de paso que estés triste, no todo el año,
sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que
por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea
justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los
que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con
los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que
haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado
deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es
necesario dejar que influyan en nosotros.
Te deseo de paso que estés triste, no todo el año,
sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Y si después de
todo esto encontramos persona, lugar, cosa, pensamiento o sensación
perfecta....seamosles fieles. Vivamos con naturalidad, prediquemos con el ejemplo.
Reconociendo que en muchas ocasiones no lo hemos sido. Yo el primero!