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jueves, 19 de diciembre de 2013

Él decía que cuando se halla algo, cosa, lugar o persona perfecto hay que serle fiel.


Anoche soñé que volvía a Manderley...

¿Te imaginas que conoces a alguien, te enamoras y rápidamente decides pasar el resto de tu vida con él? ¿Qué sentirías si al empezar la convivencia descubres que las sombras del pasado comienzan a incomodarte y a hacer de tu vida una verdadera pesadilla?

Así es Rebecca. Una película de suspense, con todos los ingredientes para ser uno de los clásicos de Alfred Hitchcock. Un reparto espectacular. Una tensión narrativa increíble, y una dirección de actores muy al estilo Hitchcock: hizo creer que todo el equipo odiaba a la protagonista, Joan Fontaine, para conseguir que actuara reservada y temerosa durante toda la película. Ademas Sir Lawrence Olivier ayudó bastante con su carácter recio....

Aunque reconozco que sus métodos eran efectivos y conseguía de sus actores y actrices lo que se proponía, discrepo de las formas y de los calvarios que Mr. Alfred hacía pasar a sus empleados, en especial a sus actrices... Ahh, un dato curioso: a raíz de la película y de su éxito se comenzó a llamar rebeca a la chaquetita que Joan Fontaine luce durante todo el filme...

El Aristócrata Maximilian De Winter, hombre de principios y fiel a todo lo que merece la pena...o no tanto...

La fidelidad. Estos días que Nelson Mandela ha muerto, y sobradamente nos han bombardeado con su historia de vida, con sus triunfos y sus miserias, una de las frase que más se han repetido es que era fiel a sus ideas y que luchó por ellas contra todo. Por ellas pagó un alto precio, y por ellas también logró su más grandes éxitos.

Mandela fue un ejemplo de integridad, de ser consecuente. De fidelidad a las cosas por las que crees.

Hoy es difícil ver ejemplos públicos así. Solo hay que mirar a los que nos gobiernan para entender que lo de ser consecuente, íntegro y fiel a unas ideas es algo que escasea. Como encontrar una aguja en un pajar...

Pero si nos vamos al ámbito privado, ahí la cosa cambia. Ahí podemos encontrar cientos de ejemplos de integridad, de moralidad, de ética. Personas que siguen sus ideas y no se venden por nada. No se rinden. Gente que dedica su vida y su esfuerzo por algo en lo que realmente creen. Con objetivos bien dispares eso sí. Sea para sacar su familia adelante, o para conseguir mejorar su nivel de vida. O para ayudar al resto de la ciudadanía. O para prestar ayuda a la gente que más lo necesita. De esos ejemplos hay cientos. Seguro que conocéis a varios...

Estos días circula por la red un vídeo de un médico de familia que llama a un canal de televisión mas bien “conservador” para denunciar la situación que está detectando diariamente en sus pacientes. Y no tiene pelos en la lengua. Un ejemplo de ética en un gremio, el de los profesionales de la salud, que diariamente es blanco de medidas, recortes, suspicacias y ataques más o menos velados. Un altavoz de la situación que muchos estamos detectando, sino viviendo, en el día a día.

¿Somos consecuentes con lo que creemos? En mi entorno más inmediato sí. Estoy rodeado de personas que han renunciado a cosas por defender y luchar por sus ideas, por su forma de entender la vida. Y eso para mi es una satisfacción. Un ejemplo y un espejo en el que mirarme.

El ser consecuente, fiel, integro pone a prueba nuestra capacidad de empatizar, de ver el otro lado y entender sus consecuencias. A veces nos estimula a la hora de tomar decisiones y otras nos la dificulta, porque entran en conflicto nuestros valores y nuestros deseos...

Victor Hugo, autor referencia del romanticismo francés, y persona fiel a sus ideales, aunque algunos controvertidos, decía en una de sus obras..

Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso
malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que
por lo menos haya uno en quien puedas confiar 
sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea
justo, para que no te sientas demasiado seguro
.

Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los
que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con
los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que
haciendo buen
uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado
deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
 y su dolor y es
necesario dejar que influyan en nosotros.

Te deseo de paso que estés triste, no todo el año,
sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

Y si después de todo esto encontramos persona, lugar, cosa, pensamiento o sensación perfecta....seamosles fieles. Vivamos con naturalidad, prediquemos con el ejemplo. Reconociendo que en muchas ocasiones no lo hemos sido. Yo el primero!
 
 

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