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martes, 29 de octubre de 2013

¿Y si no hay un mañana?.. ¡Hoy no lo ha habido!

Os imaginais que un día cualquiera, es más, uno de los días más grises y nefastos de vuestra vida, se repitiera una y otra vez? Qué se os pasaría por la cabeza? Cómo reaccionariais? Cómo afrontariais la misma sucesión de hechos, de encuentros, de momentos?

A Phil Connors, hombre del tiempo de una television local, le ocurre esto. Y no en cualquier sitio, sino en  Punxsutawney durante la celebración de uno de esos eventos propios de la idiosincrasia norteamericana: el día de la marmota. Eso nos cuenta Atrapado en el Tiempo. Una fábula, sobre la forma que tenemos de aprovechar las oportunidades, de entender la vida, de poner el valor y el acento en lo necesario. Y en lo vacío de ciertos comportamientos propios de los humanos. Y sobre todo sobre la empatía, sobre la forma que tenemos de relacionarnos con los demás.

Ultimamente me relaciono mucho con la gente. Estoy rodeado, y disfruto mucho de otras personas muy diferentes a mi. He aprendido a entender, tolerar y escuchar otros puntos de vista. Eso me enriquece, me hace crecer. Y aprendo diariamente muchísimo.

Y ahora, también me doy cuenta de los comportamientos que me llevaron al conflicto, a la fricción. La rigidez con la que en muchas ocasiones nos acercamos al otro. Esa actitud de infalibilidad y poco entendimiento hacia la situación es la que me ha llevado a cometer los mayores errores de mi vida.

He descubierto que las certezas son muy peligrosas. No hay que dar nada por sentado ni por cierto. Si conseguimos entender eso, habremos dado un paso muy importante hacia el entendimiento, hacia la relación empática.

Ahora sé que muchas de las cosas que estoy aprendiendo y aplicando en mi vida, se adecuan a un método formulado por el psicólogo  Edward de Bono en los años 60, llamado pensamiento lateral. Esta técnica consiste en aplicar soluciones creativas y "provocadoras", y en ocasiones de manera indirecta.

Una de las primeras cosas que entendí, y que el señor De Bono explica de manera magistral, es que en vez de determinar como son las cosas, hay que jugar al "cómo podrían ser si...". De cuantas situaciones que no le veiamos solución, aplicando un "y si..." fueron resueltas, a al menos suavizadas?

También ayuda el ser espontaneo. el salirse del camino marcado, el entender que cualquier cosa es posible...y tiene cabida.

Otro aspecto del que soy consciente es que tenemos la tendencia generalizada de juzgar. Juzgamos comportamientos, actitudes, reacciones....hasta juzgamos emociones y sentimientos!! El desactivar este mecanismo mental es de lo más complicado que existe, puesto que vamos directo a nuestras creencias. No juzgar, pasa por saber perdonar y agradecer. Perdonar es el primer paso hacia la gratitud, ya que entendemos, comprendemos y aceptamos los motivos del otro. Son dos de los gestos más increibles de superación, de crecimiento que tenemos a nuestra disposición. Además, el efecto analgésico para nuestras almas está comprobado. ¿Cuando fue la última vez que perdonaste de corazón? ¿Cuál fue su efecto en tu vida? Cuando sentiste la necesidad sincera de agradecer algo, ¿lo hiciste?

No se. Es todo muy complejo. Las relaciones con los demás nos marcan un camino. Y nuestra posición respecto al otro establecen la distancia. Como decía ese genio con gafas que tanto admiro, en su película Annie Hall...

"Y recordé aquel viejo chiste. Aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice 'doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina' y el doctor responde 'pues porque no lo mete en un manicomio?' y el tipo le dice 'lo haria, pero necesito los huevos', pues eso es más o menos lo que pienso sobre las relaciones humanas ¿sabe? son totalmente irracionales, y locas, y absurdas; pero supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoria necesitamos los huevos"

Y si no hay un mañana? Bueno. Si lo que toca es repetir el día de hoy una y otra vez, seguro que podremos hacer que los que nos rodean se sientan mejor, y con ellos nosotros también. Lo que es seguro es que hoy es la víspera de algo grande. Ya sea nuevo o repetido.




miércoles, 23 de octubre de 2013

Es curioso, cuando sonríes se abre un paréntesis

Un bella historia de amor. Mathilde y Manuch se aman, se entienden. Son cómplices. Nada les puede separar.

De repente, la tragedia. 

Una Francia devastada por la Primera Guerra Mundial. Un grupo de soldados franceses acusado de deserción y condenados a vagar por tierra de nadie, entre los dos frentes. Manuch está entre ellos.
Y la triste noticia. La muerte. La desolación. Pero, la negativa a creerlo, hace que Mathilde inicie un viaje para descubrir qué ha sido de su gran amor. Y para componer un gran collage de historias, todas afectadas por la guerra y sus sinsentidos.

En Largo domingo de noviazgo. Jean-Pierre Jeunet, nos regala este cuento sobre el amor, la capacidad de no rendirse, de enfrentarse al destino con decisión y determinación. Es como si Amelie, se hubiera teletransportado al comienzo del siglo XX...

Mathilde es bella, hipnótica, está rodeada de un halo de calidez y ternura. Y cuando sonríe... Todo a su alrededor se para. Como bien dicen en la película "se abre un paréntesis.."

Habeis pensado que eso es precisamente lo que provoca nuestra sonrisa? Un parentesis, una protección, un escudo contra todo lo malo.

Durante muchas entradas de este blog, he hecho referencia al poder de la sonrisa. El poder total y absoluto, al efecto tranquilizante, multiplicador, balsámico de las sonrisas. Y hoy, le brindo el espacio que merece. Porque una sonrisa vale un mundo! Y se lo dedico a toda esa gente que es capaz de sacarnos una sonrisa en los momentos mas complicados. En especial a esa persona, que sabe en todo momento hacer sentir la emocion de la sonrisa más autentica. Como Mathilde en la película.

Dicen que la sonrisa es una de los primeros gestos que adquieren los bebés. De hecho creo que no haya cosa más contagiosa que la risa de un niño. El problema es que a medida que crecemos, vamos perdiendo esa capacidad. Mario Staz, uno de los pioneros de la risoterapia decía que "ríe menos un niño que un bebé, un adolescente que un niño, un adulto que un adolescente y un anciano que un adulto". Es como si se nos fuera marchitando la capacidad de reirnos. O es al revés? No será que envejecemos a medida de dejamos de reir?

El otro día hice un pequeño experimento, que todos podeis probar. Mientras paseaba por mi ciudad, con una sonrisa de oreja a oreja, me fui fijando en cuanta gente sonreía. Nadie. Increible. Pensé que sería culpa del día (era un día gris y desapacible) y lo repetí otro día, este soleado y radiante. Desolación. Estadisticamente, la muestra no era significativa... pero el resultado.... Es más, alguna gente me miraba (mal) al pasar, supongo que no entendía de que coño sonreía,... con la cosa como está!

Supongo que la pesada carga de la realidad nos vence. La losa que supone el tunel en el que nos han metido, es algo insoportable. Pero, hemos olvidado que en nuestra actitud está gran parte de nuestra fortaleza. Y el exponente de la actitud, el denominador común que nos une, es la sonrisa!

La vida actual nos deja poco espacio a la risa. Pero siempre nos quedaran nuestros rinconcitos de alegría que pueden ser cosas muy sencillas. Convirtámolas en nuestro refugio de la sonrisa: ir a buscar moras al campo, el primer trago de una cerveza fría, pedalear suavemente en una bicicleta, leer un libro en el campo o en la playa, el jersey recién lavado en los primeros fríos del otoño... ejercitemos la sonrisa, para llevarla con nosotros siempre.

Y en ese momento preciso, en ese momento que conectamos con la alegría de ese instante, el futuro se hace mucho menos pesado, ya que nuestros sentidos y emociones se concentran con el bienestar del presente. Es más, cuando a través de la sonrisa y de ese instante, logramos librarnos de nuestras proyecciones, se hace lugar lo que en el budismo zen denominan "satori", la iluminación abrupta. Ese momento en que parece que tengamos la lucidez de entender y darle la justa medida a todo.

Creo que una de las mas bonitas y tiernas descripciones sobre le poder de la sonrisa, la hacen en la imprescibdible El hijo de la novia:

Este restorán lo empecé con Norma. Yo cocinaba, ella atendía: era una cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos de porqué venía la gente, y ella decía que era por la cocina y yo decía que por su atención. Es que Norma era una cosa... ella sí que era la especialidad de la casa, con esa sonrisa que tenía, ¡Aquél cartel luminoso! Imagínate, entraba la gente y ... ¡bum!, se encontraban con esa pintura, y ahí aparecía la Norma verdadera: más alegre, más luminosa, y claro, el cliente pensaba que había entrado en, qué sé yo, en el Paraíso por lo menos. Entonces ella pedía que la siguieran, que los iba a llevar a la mejor mesa. Eso se lo decía a todo el mundo, que los llevaba a la mejor mesa, y todos se lo creían porque si ella te llevaba, era la mejor mesa. Te hacía sentir como si fueras el único. Con Francesco nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina, todos, eh, todos, mujeres, niños, hombres, todos, todos, se quedaban como embobados mirándola, no sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma, tenían miedo que no volviera. Y ahí los volvía a sorprender: anotando todo ahí, junto a la caja, paradita como por arte de magia, como un ángel, mi ángel. 

Creo que todas y todos tenemos el poder de abrir esos paréntesis de realidad. Que solo tenemos que desempolvar nuestra capacidad. Ya lo decia Frank Sinatra, cuando estás sonriendo el mundo entero sonríe contigo, y cuando ries el sol brilla en su plenitud! Empezamos el contagio?






 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Luchar en un sótano conlleva muchas dificultades. La primera es que luchas en un sótano

Y si tuvieramos la posibilidad de cambiar la historia reciente? Y si todos los fantasmas del pasado se presentaran de repente para darte la oportunidad de desquitarte de tantas cosas que has sufrido? Pues esto mismo le ocurre a Shoshanna Dreyfus, la protagonista (entre otras) de Malditos Bastardos, la incursión de Tarantino en el cine bélico.

Malditos Bastardos, es una película sobre la venganza y la redención. Sobre el peso que nuestros actos tienen en los que nos rodean. Una historia sobre lo absurdo y surrealista de las guerras y sus premisas.

Pero sobre todo es una película sobre la valentía. La valentía de afrontar nuestro pasado e intentar corregirlo en el presente (aunque con métodos poco ortodoxos...)  La valentía de permanecer en territorios poco hospitalarios con una coyuntura muy poco agradable. Valentía de enfrentarse a lo establecido, a luchar por tus creencias, a permanecer siendo uno mismo (aunque hayas tenido que cambiarte el nombre en el proceso). Tarantino nos cuenta este relato de venganza, algo muy recurrente en su cine, pero rescatando la esencia del cine bélico clásico.

La valentía. Algo que hoy en día está más presente que nunca. Porque con la que está cayendo, hay que tirar de muchas dosis de valentía para afrontar ciertas cosas. Yo, últimamente, estoy siendo muy consciente de cuanta valentía me rodea. Y estoy fascinado por ello. Porque soy testigo de  actos de valor diario, de actos de amor incondicional, de hechos que bien recogidos, haría el mejor guión de la mejor película.

Primero, el valor de emprender. Hoy esta muy de moda esta palabra. Estamos hartos de escucharla. Pero en pocas ocasiones nos hemos parado a pensar en qué significa. Yo provengo de una familia de emprendedores. Muchos de mis familiares, han afrontado el reto de iniciar algo de cero, de verlo crecer, de luchar por ello. Y nos han transmitirnos el valor que tienen las cosas construidas, pensadas y trabajadas desde el corazón. Y eso me enorgullece. Ver como mis abuelos, mis padres, mis tíos y tías, mis primos y primas han generado tantas y tantas cosas, me hacer creer en la valentía, en valorar el riesgo y el arrojo con la que han afrontado la vida en busca de algo mejor. Y sobre todas las cosas, el no rendirse.

Y ese concepto, el de no rendirse, es otra de las cosas que tengo muy presente. Porque la vida, la sociedad y el presente nos está dando razones diarias para tirar la toalla. Para abandonarnos al pesimismo, al desánimo y a la pereza del que piensa en que no hay ninguna solución. Pero no. Tenemos motivos de sobra para no rendirnos, para pensar que merece la pena el esfuerzo. Solo hay que mirar a nuestro alrededor. Y veremos ejemplos de personas que han sacado fuerzas de flaqueza, y han remontado situaciones de nivel "master of the universe"!! Solo hay que pararse a mirar, a estar atento a nuestro alrededor, y veremos todos esos ejemplos. Ellos deben ser motivo suficiente para sacranos de nuestra entropía, de darnos una patada en el culo y levantarse.

Para levantarnos, para luchar por lo que soñamos, es importante Ser. Eso es otro aspecto de la valentía a destacar. El valor de ser uno mismo, de  mostrar tus sentimientos sin juzgar y sin miedo a ser juzgado. Ahora esta muy en boga el tema del personal branding, la marca personal, el diferenciarse. Es básico. Deberíamos empezar a pensar que  la verdadera libertad empieza en el individuo, en uno mismo. Esta idea no es mía. La filosofa ruso americana Ayn Rand, lo denominaba Egoismo Razonable. Es la necesidad de pensar de vez en cuando en uno mismo para conseguir el equilibrio personal. De defender como de verdad es uno por encima de lo que piensen los demás, la necesidad de ser simplemente feliz sin dar explicaciones a nadie, sean cuales sean las consecuencias. Aunque peca de individualista y es una autora controvertidísima, algunas de los conceptos de Ayn Rand son muy válidos hoy en día.

En definitiva, el valor, la valentía impregna nuestro presente. Está ahí y es contagiosa. Debemos hacernos conscientes de ella, valorarla, apreciarla y acercarnos a ella. Mark Twain, el papá de Tom Sawyer y de Huckelberry Finn, decía:

En veinte años estarás más arrepentido por las cosas que no hiciste que por aquellas que hiciste. Suelta las amarras, pues, y navega lejos de la seguridad del puerto. Que los vientos de cambio azoten tus velas. Explora, sueña, descubre.

El presente es un sótano. Y eso conlleva muchas dificultades. Pero si tenemos el valor de bajar las escaleras, no podremos hacerlo más habitable? Yo creo que sí, y seguro que mucho más luminoso de lo que nos imaginamos.





 

jueves, 10 de octubre de 2013

Y las orejas son de mi madre, el resto de mí es todo suyo!

No es la busqueda del Santo Grial, es la eterna lucha del bien contra el mal. Es la aventura por excelencia. Una historia llena de viajes, de personajes inolvidables. En ella conocemos mucho del porqué de este personaje icónico. Descubrimos que lo de Indiana, viene por su mascota. Y el porque de su cicatriz, del látigo, del sombrero...

Pero sobre todo, Indiana jones y la última cruzada, cierra una trilogia (de la cuarta...mejor no hablar) que nos ha marcado, nos ha hecho vibrar, nos ha conmovido y divertido por partes iguales. Y reconozcámoslo, Harrison Ford es Indiana Jones (quién sabe si Tom Selleck hubiera aceptado el papel...aunque él siempre será Magnum!). El genio de Spielberg, hizo el resto. Un director que a nadie deja indiferente, y del que probablemente todos habremos visto mas del 75% de su filmografía. Por algo lo llaman el Rey Midas del cine.

Pero Indiana Jones y la Última Cruzada, es por encima de todo es el reencuentro con su padre. Del retomar una relación rota hace años. De enfrentar los presentes, y sacar a relucir carencias y aciertos en la crianza del pequeño Junior. Ay, Doctor Henry Jones, si no hubiera tenido usted la cara de mi adorado Sean Connery!

Esta temporada, estoy viviendo muy cerca el hecho de la paternidad y la maternidad. Hace unos días ha nacido el hijo de uno de mis mejores amigos, Gabire. Y durante este proceso, nos ha dado tiempo de conversar y ser conscientes de muchas cosas. También gracias a la experiencia de mi complice Xavier, que fue padre hace unos años, y que está viviendo la niñez de su retoño de una manera intensa. A ellos quería dedicar este post de hoy. Y por supuesto a sus Mamás!

Tener un hijo/a... No se me ocurre mayor compromiso en la vida. Ni mayor responsabilidad. Todos tenemos una experiencia. Todos hemos sido hijos/as. Y todos tenemos una visión personal de lo que supone criar, educar y querer a un hijo/a. Y en eso nos basamos para transmitirlo a los nuestros/as.

Yo soy muy afortunado. He tenido unos padres que a mi hermana y a mi, nos han querido, respetado y cuidado con mimo. Que hicieron que el tiempo que pasamos juntos fuera significativo, y por ello inolvidable. Que creyeron en nosotros, y nos educaron para que fueramos nosotros mismos. Y nos han enseñado que el apego es lo más importante en la niñez. El cariño incondicional, sin chantajes emocionales es lo que más nos hecho crecer como personas. No creo que nos hayan podido hacer mejor regalo.

Y eso es lo que me gustaría transmitir a mis hijos/as. Saber que no por el hecho de ser padres o madres, ya se tiene que estar preparado. Reconocer que nos equivocaremos, que debemos aprender. Pero, sobre todo, no olvidar lo bueno que nuestros padres nos han legado. Las cosas gracias a las que hoy somos lo que somos. Tantos y tantos aprendizajes positivos, tantos momentos que nunca olvidaremos...

Además, estoy rodeado de mucha gente que entiende la educación, la crianza desde este punto de vista positivo, cariñoso, cálido y amoroso. Personas que creen que los niños/as que crecen con amor, respeto y calidez, son mejores adultos, y en el fondo personas plenas y radiantes. Personas libres.

Ahora la educación no está pasando por su mejor momento. Crisis. Y la crianza está descontrolada. Mucha información, saturación de mensajes. Lineas y estilos diversos. Lo esencial, es mirarnos, volver la cabeza a lo más sencillo, a las cosas que nos han ayudado. A ver el sitio desde el cual estamos más cómodos, y dónde garanticemos un espacio vivo de crianza para nuestros hijos. Sin aspavientos ni ínfulas. Acaso no es la emoción la mejor consejera en estos casos?

No se que será en el futuro. Lo que si tengo claro, es que los niños y niñas que me rodean, garantizan una generación libre, valiente, llena de cariño y amor. Porque sus padres y madres lo entiende así, y apuestan por ello. Gracias a todos/as!

Como muy acertadamente Yor-El le decía a su hijo Kal-El (más conocido en la Tierra como Superman)...

Jamás estarás solo. Viajarás muy lejos, mi pequeño Kal-El, pero no te abandonaré ni aún cuando la muerte nos lleve. La riqueza de nuestras vidas pasará a ti. Todo lo que tengo, lo que he aprendido, mis sentimientos, todo eso y más pasará a ti, hijo mío. Seré tu compañero todos los días de mi vida. Harás de mi fuerza la tuya. Verás mi vida a través de tus ojos y yo la tuya a través de los mios. El hijo se convertirá en padre y el padre, en hijo. Este es mi legado, todo lo que puedo darte, Kal-El.

Las orejas son de mi madre. La nariz de mi padre. Y el resto...quién sabe? Pero todo yo estoy dispuesto a acompañar en este camino, que sí es toda aventura!




 

jueves, 3 de octubre de 2013

Bien chicos, se trata de un reef en si, vigilad los cambios y no os perdais!

Quién dijo que para viajar al pasado, no se podía hacer con clase? Los McFly nó serían lo mismo sin ese Delorean. Ni nosotros. Todos éramos amigos y amigas de Doc, entendíamos a Marty cuando se enfrentaba ante abusones como Biff y su estúpida pandilla. Todos deseamos un aeropatín, soñamos con un condensador de fluzo y vibramos cuando, ante un abarrotado público, sonó el Johnny B. Goode...

Es Regreso al Futuro, una de las películas más inolvidables, más trepidantes y que mejor sobrevive al paso del tiempo. Aunque evidentemente, en sus secuelas, el futuro que visitan nada tiene que ver con la actualidad..o si? Ahh...y no quiero dejar de citar a Michael J. Fox (alguien sabe que significa la J?) un descubrimiento para muchos de nosotros en ese momento, y un ejemplo de lucha y tesón ante una enfermedad como es el Parkinson. Tampoco olvidar a Elizabeth Shue, que consiguió colarse en  la santa trinidad de los sábados por la tarde
de palomitas: Karate Kid, la ya mencionada Regreso al Futuro y Cocktail.

Complicada misión le tocaba a Marty McFly. Alterar los eventos del pasado, para de esta forma, hacer que el presente y futuro fueran adecuados...

Alguien no se ha preguntado alguna vez, qué hubiera pasado si...? O la famosa frase: si pudiera volver a ese momento! El pasado, en muchas ocasiones, se convierte en una dura losa, una pesada carga que nos impide desarrollarnos en el presente. El pasado es origen de traumas, miedos, manías y fobias que nos hacen vulnerables y débiles. O eso creemos.

Como no disponemos de un Delorean a mano, y nuestra capacidad de realizar viajes en el espacio tiempo está bastante reducida, deberemos de hacer un pequeño ejercicio de imaginación para revivir el pasado. Porque la mente no solo nos sirve para torturarnos, sino que podemos hacer un gran uso de ella. Es nuestro condensador de Fluzo particular.

Evidentemente el pasado es eso, pasado. Imposible el modificarlo en el presente. El continuo espaciotiempo ha hecho su trabajo. Lo que podemos hacer es pensar en qué oportunidades se nos ha presentado ante cualquier hecho pasado. Qué cosas buenas de nuestro presente han sido fruto de ese pasado.,de esos momento que revisitaríamos para cambiarlos?.

Porque seguro que, entre tantas cosas que cambiariamos, existen muchos aciertos. Muchas historias que rescatar, de las que sentirse orgulloso. Y oye, parece que bien mirado, son mayoría. El pasado tiene la facultad de alegrarnos, de motivarnos. Mucho más que de ponernos melancólicos o tristes. Pensadlo. Cuantos recuerdos felices tenemos en la recámara. Y cuanto de eso no se ve reflejado en nuestras vidas.

He citado antes las oportunidades. otro gran caballo de batalla del pasado. Y si hubiera tomado una u otra decisión? Y si me equivoqué? Nada nos debe hacer pensar que una decisíón es desacertada. No es equivocada, desde el punto y hora que es NUESTRA. Y esa decisón nos ha llevado a terrenos desconocidos, inesperados y seguro que positivos para nosotros. Siempre.

Lo importante es estar preparado. Sentir la vida a flor de piel. Saber que ganar no es suficiente, ni siquiera necesario a veces. Y sobre todo, vivir el presente. El pasado nos hace más sabios, y el futuro más esperanzados. Pero nuestra aventura está en el presente. Saquemos a a bailar a la reina o al rey del baile. Toquemos una canción antigua, una canción que ya sepamos, y que nos haga sentirnos seguros. Desempolvemos nuestras agendas de teléfonos y llamemos a aquella persona tan importante en nuestro pasado, a la que hace tiempo le hemos perdido la pista. Usemos el pasado para enriquecer nuestro presente.

Benjamin Button (ya es la segunda vez que sale en este blog, lo tendré que hacer coautor..) ya lo decía..

No sé si es importante, pero nunca es demasiado tarde para ser quienes queremos ser. No hay límite en el tiempo, puedes empezar cuando quieras. Puedes cambiar o seguir siendo el mismo. No hay reglas para tal cosa. Podemos aprovechar oportunidades o echar todo a perder. espero que hagas lo mejor. Espero que veas cosas que te asombren. Espero que sientas cosas que nunca sentiste antes. Espero que conozcas a gente con un punto de vista diferente. Espero que vivas una vida de la que estes orgullosa. Y si te das cuenta de que no es así......espero que tengas el valor de empezar de cero

Asi que...todos/as preparados/as? Vamos a hacer que tiemblen los cimientos del presente. No se si se trata de reef en si o en do, pero lo que si sé es que para los cambios estamos cada vez más preparados y todos/as juntos/as no nos perderemos!